El caso es que a esas horas, sin pizca de sueño, no quedan otros huevos que buscar algo que hacer hasta que Morfeo tenga hora en la agenda para volver a pasar por tu habitación. Y, cómo no, yo tiré por la vía de la peli matutina.
La elegida es Héroes, filme del que las pocas referencias que tenía eran que está grabado en catalán (yo lo vi doblado, sin que sirva de precipicio); que había recibido el premio del público en el pasado Festival de Málaga, lo cual últimamente no es mala referencia; y que por el tráiler me remitía directamente a una de las pelis que más me impactaron de pequeño, habiéndola empezado por la mitad, Cuenta Conmigo.
Sala (Álex Brendemül) es el típico ejecutivo agresivo, publicista en concreto, que va que pierde el culo en su Audi por la campiña catalana para llegar a tiempo a una reunión en Barcelona que le puede reportar jugosos beneficios. Tras un pequeño incidente que le deja sin pantalones y sin cartera, se produce un encuentro casual con Cristina (Eva Santolaria), una vieja conocida que vendrá a remover en cierto modo un pasado que tenía ya olvidado.
El director Pau Freixas, director del producto de terror "Cámara Oscura" (2003) quiso cambiar de registro cuando, al ver finalizada su anterior obra, se apercibió de que, después de tanto esfuerzo, no alcanzaba a sentirse demasiado identificado con el resultado. Así que decidió hacer una película "desde el estómago" (textual). Y vaya si lo consiguió... según explica, mientras el guionista Albert Espinosa le pasó el desarrollo de la historia, fue el propio Freixas quien añadió los elementos dramáticos y autobiográficos que hacen de "Héroes" un digno homenaje a aquéllas películas ochenteras en que un grupo de críos se veía frente a frente con su pequeña gran aventura, de la que salían airosos sólo porque pese a diferencias y encontronazos varios, se mantenían siempre juntos: El Vuelo del Navegante, Los Goonies, Exploradores, E.T., la ya mencionada Cuenta Conmigo...
Película premeditadamente nostálgica, "Héroes" recurre en todo lo posible a los principios de dicho cine para hacer que rebusquemos en nuestros propios recuerdos, que a fin de cuentas no serán muy diferentes entre el público objetivo, aquélla generación nacida en una década que, con sus cosas buenas y malas, ha quedado irremediablemente grabada en nuestra memoria: el tono luminoso nos traslada a los largos veranos de colegial transcurridos en el clásico pueblo de nuestros padres o lugar costero de vacaciones; la pandilla de amigos de verdad es reducida y cumple con esos estereotipos que tarde o temprano acaban saltando por los aires (el gordo tocapelotas que en un momento dado le hecha dos pares de cojones, el chaval con síndrome de Down con más de dos dedos de frente, el líder sensiblero,...); los escenarios rurales y la ambientación en general van enfocados a despertar esa visión idealizada que la mayoría tenemos de aquélla época, una magia que solo podrás percibir si te dejas llevar por la historia, si no intentas someterla a crítica feroz ni ver lo irreal de algunas situaciones...
Desarrollado a través de las tramas diferenciadas de un pasado y un presente transcurriendo de forma paralela, el guión comienza por mostrarnos los cambios que el paso del tiempo tiende a provocar en la gente (Sala, el personaje de Álex Brendemühl) y los pone en contraste con la posibilidad de crecer sin dejarnos por el camino todo lo bueno de ser jóvenes (Cristina – Eva Santolaria). Entretanto, la historia de infancia nos hace comprender a los personajes adultos mostrándolos en sus orígenes, los días pasados de un verano que condicionaría el resto de sus vidas. En ese sentido ambas partes son perfectamente complementarias, la una sin la otra perderían completamente esa capacidad para removerte las entrañas de melancolía que es su mayor valor.
La banda sonora compuesta por Arnau Bataller e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Bratislava es una vuelta de tuerca a la orientación "mágica" de la película. Sin ser desagradable, un poquico menos "tin-ton-tín!" le habría ido mejor, a mi entender. Además, se recurre también a clásicos de la época, como Ti Amo de Umberto Tozzi o Forever Young de Alphaville, para subrayar los momentos más "intensos".
En el apartado de las interpretaciones, señalar lo primero que, para ser una película "pequeña", el reparto es bastante aparente. Álex Brendemühl es un profesional curtido con una amplia carrera a sus espaldas, el tipo de tío que por su calidad siempre encuentra un proyecto a pesar de no ser una estrella. Aquí le vemos depositar ese talento sin caer en la caricatura en un personaje en principio cuadriculado, agobiado por su existencia. Y qué podemos decir de Eva Santolaria, la Valle de "Compañeros" y Vero en "Siete Vidas". Pese a toda la manía que se le pueda haber cogido a lo largo de su carrera televisiva (Se de algunos/as que no la tragan. Su voz de pito podría tener algo que ver) defiende muy bien el personaje de tía desenfadada y algo "hippie", a la par que entrañable. Ambos hacen una muy buena "pareja de baile" conectando de buena manera tanto entre si, como con sus "Yo" pasados.
Los chavales elegidos para interpretar a la pandilla no están para nada mal elegidos, aunque el prota me parece demasiado "típico"... como un poco "enlatado"... personalmente me hizo mas gracia el chaval que da vida a Eru (o Heru, o como se escriba). También es mu salá la chica (Cristo – Mireia Villapuig).
Los rodean un puñado de secundarios de fama y valía diversas: Lluís Homar, Emma Suárez, Anna Lizaran, Nerea Camacho (Si, va a estar muy buena, pero que tirria me da la pobre), Elsa Anka y Constan... Constantino Romero!!!! (Este guiño mola, la verdad).
No hay mucho más que contar, "Héroes" simplemente pone las cartas sobre la mesa, sabe lo que busca y va "a saco" a por ello. Intenta agarrarte cullons y estrujar hasta que te obliga a preguntarte, una vez más, "por qué hostias tuve que crecer?", y luego empiezas a cagarte en el curro, en la hipoteca, en el cambio climático, en las crisis políticas mundiales... Eso si el subidón de glucosa no te ha obligado a abandonar el barco antes de salir de puerto. Respecto a mi, creo que dadas las circunstancias me cogió con la guardia bajada, la verdad... y creo sinceramente que es la mejor forma de ver una peli así.
