domingo, 5 de junio de 2011

Las Críticas del Espectador Estándar: X - Men - Primera Generación

Los X – Men están de vuelta, y (menos mal) lo hacen no solo dignamente, sino con fuerza. Expresado de una forma más directa, con huevos.

La que para mi era desde siempre y con diferencia la mejor franquicia de superhéroes de cómic hasta que Christopher Nolan tomó las riendas de Batman ha llegado con su quinta entrega, que vuelve al principio de todo, cuando los primeros mutantes conscientes de su condición comenzaron a serlo también de que no estaban solos en la marea de humanos “comunes” que les rodeaba. Más aún, cuando empieza a generarse una conciencia compartida de ser algo realmente distinto al resto del mundo.

X- Men: First Class (o Primera Generación) presenta a esos “pioneros” (Chales Xabier, Erik Lehnsherr, Raven Darkholme,...) en un contexto completamente distinto al que estábamos acostumbrados. El futuro Profesor X (James McAvoy) es un prominente estudiante de Oxford, a la par que ligoncete de éxito. En cambio el que será Magneto vive enfrascado en una campaña de acojonante venganza implacable en busca de los responsables de la aniquilación de su familia. Ambos se convierten en los ejes alrededor de los que orbitan todos los secundarios, mutantes y humanos, que dan cuerpo a la historia. De hecho, ambos marcan las posturas que dentro del grupo de los mutantes condicionaran acontecimientos presentes y futuro en las relaciones con los humanos: la apuesta por la convivencia de Xavier frente a la beligerancia del “solo puede quedar uno” de Lehnsherr.

Además, esa vuelta a los orígenes no se queda únicamente en la historia. X – Men: First Class recupera la calidad perdida entre X – Men 3: The Last Stand (conste que yo me lo pasé teta viéndola, a lo gratis, en los cines... ¿Empire?... tochísimos, oyes...) y sobre todo la horrenda, deleznable, vomitiva, aburrida, exasperante y más condenable que pegar a un padre con un calcetín sudao X – Men Origins: Lobezno. Qué mala era, por dios.

He de decir que ni la última consiguió hacerme perder la fe en el futuro de la franquicia, y por ello resultó agradable saber que volverían a intentarlo con un reparto completamente nuevo a las órdenes de Brian Singer, encargado de las “pelis buenas”, primera y segunda.

Pero claro, con los últimos precedentes en la memoria, no es que las tuviera todas conmigo. Y, además, cuando Singer se cayó del proyecto por problemas de agenda, todo tomaba un cariz de incertidumbre que podría dar al traste con las buenas intenciones depositadas en su revitalización. El hombre que finalmente se encargaría de dirigir el cotarro sería Mathew Vaughn, un tío de filmografía reducida pero con indudable buen gusto para esto del cine:

Está casado con Claudia Schiffer... No, espera... eso no era... Comenzó produciendo a Guy Ritchie y, cuando este se casó con la Ciccione y tras rodar juntos “Barridos por la marea”, decidió buscar nuevos horizontes e ir mas lejos en sus tareas, y debutó en la dirección con “Layer Cake”, protagonizada por Daniel Craig. Peliculón con el que a cualquiera le entran ganas de meterse a narcotraficante. Qué estilo, qué clase, qué ingenio joder. Siempre he creído que era como Lock & Stock pero en versión High Class... Después vendría Stardust, una de género fantástico con la que demostraba versatilidad y competencia en un cambio de registro que sin embargo presentaba algunas notas de originalidad y transgresión. Y recientemente se estrenó Kick Ass, que no he visto, pero por lo que se la tónica es la misma, recoge géneros ya trillados e intenta añadirles algo “distinto”.

Con su último trabajo repite con los superhéroes, esta vez con un nombre que se vende por sí solo, pero que sin embargo últimamente andaba cojo de buenos argumentos. Vaughn le ha dado nuevos bríos a base de un reparto que va de lo equilibrado a lo excepcional, un ritmo enérgico y el deseo de profundizar en lo que en mi opinión es lo que marca la diferencia entre los X – Men y otras sagas: el inevitable debate y consecuencias que se producen en ambas partes cuando se presenta ante la sociedad ordinaria un colectivo minoritario formado por individuos con capacidades extraordinarias.

Respecto al reparto, como comentaba al principio la película está dominada por dos personajes principales. Michael Fassbender borda el papel de Erik/Magneto, un tipo de oscuro pasado y futuro aún más oscuro. Llamó la atención del gran público en “Malditos Bastardos” con un papel impecable y desde entonces no ha parado. Ahora vuelve con un papel mucho más serio, con la complicación añadida de coger el testigo de una cara bien reconocible como es la de Ian McKellen, y ha sido capaz de imprimirle un carácter propio e inigualable, mucho más “sufrío”. James McAvoy hace un buen trabajo con su Charles Xavier, pero nunca durante todo el metraje es capaz de evitar que Fassbender se lleve la partida por jaque mate.

El malo de la película es Kevin Bacon. Kevin Bacon es un crack, una presencia inconstante en la escena de Hollywood que no podemos considerar estrella porque no lo es ni de coña, pero que en la mayoría de las ocasiones es más por desaprovechado que por cualquier otra razón. No voy a decir que Sebastian Shaw sea el mejor malo de la historia. Solamente es un cabronazo con personalidad.

Como séquito de mutantes en ambos grupos tenemos algo variadito: desde el español Alex González (Janos Quested), que no dice palabra en toda la película (menos mal), hasta la pasarela de “mozacas” que no pueden faltar en una película con trajes ajustaos, y en ocasiones poca ropa...: Jennifer Lawrence, Zoë Kravitz (Angel. Hija de Lenny!!), January Jones (Emma Frost - Menuda jaca, madre mía), y por supuesto Rose Byrne (Moira - Arggh, aminlof). Todos ellos cumplen en mayor o menor medida con su papel, pudiendo resaltar por presencia en pantalla a Lawrence, Nicholas Hoult (Bestia), y a Byrne por que su belleza es uno de esos contados argumentos que podrían justificar la existencia de Dios.


Y respecto al ritmo, es muy loable la habilidad con que se conjuga un capítulo que debe ser, a pesar de conocer ya de sobra a muchos de los personajes, de presentación, con una historia de acción completamente nueva. En este apartado es indispensable la banda sonora de Henry Jackman, que aporta un tono enérgico a las fases más dinámicas.

Si hay algo que no me pareció digno del “pack” esos son los efectos especiales. En casi todo momento me pareció que estaban poco “pulidos”, muy mal integrados con los escenarios. Esta flojera se hace si cabe más patente en la fase del lío con el submarino. Bueno y los tornados esos que genera Álex González son de coña... cutrísimos.

Y eso es todo, misión cumplida. Han conseguido sacar del coma a una de las grandes “gallinas de los huevos de oro” del cómic, con buen hacer y dejando margen para nuevas entregas. X – Men: Fist Class es tranquilamente un siete sobre diez que te permite salir plenamente satisfecho del cine, aunque te acuerdes de repente de los casi NUEVE euros que te ha costado la entrada...

3 comentarios:

Melon P. dijo...

el domingo estuve a punto de ir a ver esta peli, pero al final preferi ir a ver "Piratas del Caribe" (o pirates of caribean....con acento a lo Patrick), pues porque me parecia que seria mas entretenida...ahora me quedo con las ganas de ver esta....

Anónimo dijo...

9 euros!!!???

aqui todavia andamos por los ,50 con el carnet de la upv!

mika

ornitorrinko dijo...

Pssé, a mi es que ninguna de las cuatro me ha llamado nunca demasiao... he visto las tres primeras y ni me acuerdo de la historia.