viernes, 13 de julio de 2007

The Chronicles of Ortigueira (7 días)

No señores, esto no es una historia de niños que encuentran un portal a un mundo mágico donde los bichos hablan por doquier y una bruja con mala hostia mantiene todo bajo cero... esta es la historia de un tío que un buen día coge un tren destino A Coruña, y tras poner pie en tierra comienza una vorágine de fiesta caótica e impredecible, en un mundo verde y "mágico" donde la peña se endroga musho, los precios de la comida y la bebida son irresistibles, ambas de gran calidad, donde te puedes encontrar medio huevo costo (y más cosas) en el autobús a Santiago, el agua de las duchas congela hasta el alma, la música te hace saltar por encima del resto (ahora sé lo que es "darlo todo"), con cameos estelares de valencianas londinenses, y encima aprendes misteriosas lenguas míticas (o lo intentas).

Jueves 5

Estancia: Noche
Comprensión del Gallego: 98%
Nivel etílico alcanzado: 30%

Llegada a las 9.10 de la noche a la estación de RENFE en A Coruña. Na más bajar dice el Tapi que ya no hay buses pa Ortigueira, así que sólo queda una: hacer dedo. Yo le digo ke po bien, po fale, ke si el lo dice, adelante. Así que pillamos urbano para llegar una gasolinera, que por lo visto es punto estratégico para cualquier autoestopista en susodicha ciudad. Pilla un cartón, pone "Ortigueira", y a esperar. Tras un par de horas o tres, y cuando estábamos a punto de pasar al Plan B (Añadir "Ferrol") nos recoge una madre con su hija en un 205. Hecho. Llegamos al pueblo (casi desierto) sobre la una y media, y poco después al camping donde vemos a Ramón to tirao (a partir de este punto y durante siete días no pararé de conocer gente). Comenzamos a deambular entre carpas de música y grupos de gente. Saludo a Antuán, que viene de trabajar, y ke en un momento dado hace la del un, dos, tres, y no se vuelve a saber de él. Después, cuando me encontraba hablando de Hip Hop con un tio que no conocía de nada, todo el mundo desaparece. Consigo encontrar a Gimi y a Chuco, y con ellos me tiro el resto de la noche. El problema es que yo estaba cansado y ellos "a otro nivel", así que a las siete me rompí del todo y tuve ke irme a sobar.

Viernes 6

Estancia: Día y noche
Comprensión del Gallego: 50%
Nivel etílico alcanzado: 70%

Me despierto sobre las dos o tres de la tarde, salgo de la tienda, y veo que estos están ahí rajando desde dios sabe cuando, porque según me dicen no se han acostado. Este día cometí un grave error, no bebí nada, y sólo me comí un bocata. Claro, a las ocho o nueve de la noche estaba a punto de caer redondo. A parte de eso, mientras Alberto dormía (se acostó como a las cinco de la tarde) estuve en la playa de Morouzos, en cuyo pinar está situado el camping (adjunto afoto para que os hagáis una idea). Acojonante. Cuando creía que iba a besar el suelo, subimos al pueblo, donde me compro un cuarto de empanada de atún y un sunny delight ke me dan la vida.
Ya en los conciertos y con una tajá bastante importante, me doy cuenta de que realmente estoy donde debería estar. Ahora mismo no sabría tararear ni una de las canciones ke he oído en todo el festival. Simplemente soy incapaz de hacer distinción entre una y otra, me gustaron todas, unas más y otras menos, pero todas eran energía en estado puro, imposible cansarse. Diosss como me gusta la música folk para dar saltos... eso es disfrutar.


Cuando se acabaron los conciertos Albertito me enganchó por banda para beber chupitos en el puesto de Boto. Hostia. Menos mal que al quinto pareció perder empuje y pude escapar, porque si no todavía estoy allí.

Sábado 7

Estancia: Día y noche
Comprensión del Gallego: 85%
Nivel etílico alcanzado: 36%

Poco hacemos el sábado, como el resto de los días, salvo estar tirados. De todas formas, tomo una decisión inteligente: llenar el estómago siempre ke tenga hambre. Relacionado con lo anterior, he de decir que estuve todo el día con mono de patatas fritas, así que por la tarde (cuando vamos a recoger a Juncal) voy al primer puesto de mierdas ke veo y le pido unas al mozalbete. JODER. El cabrón de él se había cortado un dedo y se había limpiado en el delantal; no se molestó ni en disimularlo, mantenía el dedito al aire pa ke se viera ke no le quedaban tiritas o que se yo... Y lo peor: las patatas estaban frías, crudas y aceitosas. Decidí hacerle boikot al menda.
Después recogemos a los visitantes. En este punto el pueblo se ha convertido en un hormiguero en el que miles de personas pululan ultraexcitadas por las calles o llenan supermercados deseosos de enciegarse como Dios manda. Tapi y servidor compramos crema de orujo para esa noche. Tampoco fue buena decisión: empalagosillo y sube poco, no adecuado para borracheras.
El día de conciertos fue un poco más flojillo que el anterior en lo que a desenfreno se refiere, pero igualmente disfrutable. A eso de las dos despedimos a Juncal & Cía, y nos vamos pal puesto de Boto. Nos acabó cayendo el cielo encima en forma de lluvia, lo que raspó un poco a Alberto (a lo que colaboraron Antoñito y su cogorza). La tienda aguantó el chaparrón como una campeona.

Domingo 8

Estancia: Día y noche
Coprensión del Gallego: 70%
Nivel etílico alcanzado: 52%

Día de éxodo. Por todos lados gente levantando el capamento. Se respira en el ambiente la melancolía del recuerdo de lo disfrutado, la esperanza de la vuelta el próximo año... y las toneladas de basura generadas a lo largo del festival, que cubren toíto el pinar.
Éste día debo resarcirme de mi asunto pendiente con las patatas fritas, así que cuando vamos a pasar la tarde a cañas al puesto de Boto y alrededores (se estaba de lujo), detecto el lugar en el que me pueden ayudar. NO es una simple caravana. Es un gran puesto de comida típica de fiestas. Con gente consumiendo todo el rato. Allí me dirijo y pido unas patatas... joder ke patatas. Bien buenas que estaban, hasta arriba de mayonesa y katchun, y recién hechas. Misión cumplida.
Por la noche pillo tres litronas de cerveza. Es el último día de conciertos y hay ke aprovechar. Pero no era mu güena (SKÖL) y me dejó ni fú ni fá. A parte aquella noche hizo un frío de cagarse, y no entro en calor hasta que nos metemos en los conciertos, donde por los huecos se nota que mucha gente ha emigrado. Aún así hay mucho ambiente. Inolvidables las últimas cuatro canciones de Mercedes Peón, que cerraba el festival. El resto del concierto había sido bastante lento, pero al final la gente acabó pidiendo más. Tres "bis" despúes se acabó. Lástima.

Lunes 9

Estancia: Día y noche
Comprensión del gallego: 90%
Nivel etílico alcanzado: 17%

Y llegó la hora de partir. Para mí es el último día en tierras gallegas, ya que debo partir al día siguiente. Pero, llegados a este punto, el amigo Tapi pone en práctica sus tácticas de persuasión. Total, que decido quedarme un día más para poder ver Santiago. Por la tarde cogimos un tren a Ferrol para luego ir en bus hasta allí. Peeeeeeero... no dio tiempo, por lo que nos quedamos varados. Sin embargo podemor decir que fue fructífero, ya que nos comimos unas tapas de la hostia (que ni el imbécil del camarero consiguió amargarnos) y nos fuimos de cañas. Aparte, decir que la ciudad estaba bastante muerta, una lástima. Después de dar una vuelta y hablar un rato en un parque con bonitas vistas de la cuidad, vamos a dormir a la ya mítica Casa Rosa.

Martes 10

Estancia: Día y noche
Comprensión del gallego: 95%
Nivel etílico alcanzado: 46%

Nunca costó tanto que alguien se levantara de la cama. Era imposible mantenerles conscientes más de cuatro o cinco segundos después de dejar de hablarles. Además, yo también me había dormido, así que entre pitos y flautas, no nos plantamos en Santiago hasta la tarde. Allí realizamos la completa visita turística del guía Madruga y, como no acabamos "hechando un vistazo" a los bares imprescindibles.
A la hora de la cena, tanto el guía como yo queríamos comernos un jabalí, así que empezamos a buscar un restaurante para comer en condiciones. Pero era tarde y, o eran caros, o estaban cerrando, o las dos. Cuando empezábamos a desesperar, EUREKA!, el Galeón. En dicho establecimiento nos pusimos literalmente como cerdos. Nunca olvidaré al camarero, cuando, a la pregunta: Crees que hemos pedido suficiente?; va el tío y responde: Sssssí... yo creo que sí. Mamón, casi explotamos. Después de bares. Así encontramos a Montes, Byron y Dani pasándoselo teta. Noche inolvidable, acabamos sentados en un cruce discutiendo sobre la Parábola del Pagafantas y el Baile del Hombre Orgulloso...

Miércoles 11

Estancia: Día y noche
Comprensión del gallego: 93%
Nivel etílico alcanzado: 32%

Nueva lección de cómo despertar a alguien a plazos. En total me debió costar como media hora despertar al señor Madruga, con prórroga de una hora incluída. Total, que después de ese esfuerzo titánico, había que recuperar fuerzas, así que me puse tonto a tapas, pasteles y consumiciones. Y de repente, en un nuevo cambio de planes, vamos al Santiso. Dios, dios, dios. Qué precios. Qué comida. Y sobre todo: Qué helado... el mejor helado que he comido en mi vida, de yogur con fresas, artesano, un cuenco a rebosar... por 2.50 €!!! Joder qué grande. Y para rematar, nos vamos a hacer la digestión a unas losas que estaban al lado, a la sombra. Tan bien se estaba, que se nos pasó la hora del bus a Noia, y tuvimos que pillar el siguiente.
Una vez allí, ducha reparadora y visita turística (interrumpida por unas mozas mu majas). Por la noche habían quedado para hacer churrascada, pero entre visita y visita llegamos muuuuy tarde. A esas horas tenía un bajón encima que no podía con mis párpados. Aún así saqué fuerzas para ponerme en "modo zombi" e ir de birras con Alberto y Antuán.

Jueves 12

Estancia: Casi ná
Comprensión del gallego: Sin datos
Nivel etílico alcanzado: 0%

Ahora siquesí. Hay que pillar el tren, por lo que después de dormir una horilla levantamos y cogemos el bus hasta Santiago. En la cafetería de la estación me llevo la decepción de no poder trincar la última tapa, y me tengo que conformar con un bocata de jamón y queso... see u soon.

Very special thanks to las hamburguesas completas (de las que Alberto se zampó 6 o 7), los bocadillos diarios con Alberto y Ramón a eso de las cuatro de la tarde, y a Julián, que le coló pesos argentinos por euros al menda de las patatas asquerosas.

2 comentarios:

Melon P. dijo...

Joooooooooooooo, jooooooooooo, que grandeeeee, que grande ese Ortigueira, mira que he intentado suplirlo con San Fermines y Santander, xo ahi algo en mi interior que me dice que mi lugar era Galicia,.........Diosss como echo de menos mis vacaciones multiaventuras-nikel...No veo el momento de enfundarme en mi kit "Ruta Quetzal", y lanzarme a la aventura de toda la gallegada. Que envidia me das Jorge, xo en el fondo me alegro de que hayas descubierto a la gallegada en su tierra y salsa. Quien nos iba a decir hace 2 años, que en tierras galegas encontrariamos una gente que se merece un monumento. Bendito el dia en que el señor Madruga se colo en nuestro viaje londinium, regalandonos su amistad (y vomito para nuestras pertenencias).
Creo que ya eres un enamorado mas de Galicia, ya puedes hacer como tu santa prima y divulgar la belleza de esta tierra y la simpatia de sus gentes por todo el ancho mundo.
No se como lo hare, xo si algo tengo claro es que yo tengo que ir alguna vez en la vida a Ortigueira. Joder! que hasta la Kirsten habia estado alli!!!!
En fin, se tendra que esperar al proximo año,....de todas formas yo ya le estoy poniendo fecha a mi proxima visita a la gallegada.

Empanada de berberechos!!!!

ornitorrinko dijo...

Hombre enamorarme es un poco excesivo, lo que está claro es que me lo he pasado oomo los indios, el paisaje es acojonante allá donde mires (salvo los eucaliptos)y la gente mu maja. Además con lo que me va a mi el rollo celta ya puedo decir que he visitado dos de los lugares más importantes. Sólo me falta Irlanda.