Hasta la POLLA

Si señor. Estoy HASTA LA POLLA. En mayúsculas.

Hasta los cojones de lo que esta mierda de crisis le está haciendo a la ya de por si más que maltrecha conciencia ¿obrera? de esta mierda de sociedad. Puta sociedad podrida y enferma.

Qué cojones, ya que a muchos el término "obrero" les puede dar alergia, por antiguo y manido... no se trata ni siquiera de un tema de conciencia de grupo, siendo evidente que cada vez más nuestra integración en los modos "occidentalizados" de conducta tiende a arrastrarnos a una forma de existencia independiente, desapegada (a pesar de que cada vez nos organizamos más en ciudades, cuanto más juntos, más alejados los unos de los otros), recelosa del vecino y aterrorizada de todo aquello que ocurre de puertas afuera de las cuatro paredes en las que (ya casi ni eso) se nos ha permitido desarrollar nuestra vida, por aquéllo de que, como dijo hace no mucho la señora Botella, resulta muy complicado mantener las calles limpias si hay muchos vagabundos.

De lo que se trata de ni más ni menos que de EGOÌSMO. Un tema puramente individual, que es una cosa más guay y más digerible para nosotros, todos nuevos ricos, pieza cumbre en el largo proceso que es la evolución del ser humano. Egoísmo sano y necesario a la hora de no ser aquél tonto al que le roban la merienda y no protesta, como decían Celtas Cortos. Se trata señoras y señores de no necesitar pisarle la cabeza a nadie para progresar en esta puta mierda de especie animal (si, utopía, ya lo se), y sin embargo reaccionar sin miedo ni vergüenza cuando ves que la suela de una bota negra del 45, propiedad de los señores Díaz Ferrán, Zapatero, Rajoy, Murdoch, Chávez, Amancio, Merkel, Kirchner, Obama, Strauss - Kahn, o de la puta madre que los nombró comienza a presionar "suavemente" nuestras sienes contra el suelo.

Y lo que la gente parece no entender... o mejor dicho, parece estar olvidando, últimamente a pasos agigantados, es que para defender los derechos individuales hay que luchar de forma colectiva. Pues creo que claro está que esta puta mierda no es sino un maldito juego de soka - tira en el que el Gobierno es un simple pañuelo colgado en el medio de la cuerda. Y que en ese juego el equipo de la empresa tiene la cuerda cogida día sí día también con la misma fuerza, y sabe hacia que lado tirar. Es muy sencillo. Lleva ventaja (por definición la relación laboral coloca al empresario, lógicamente, por encima). Por el contrario el equipo del trabajador, mucho más disperso y heterogéneo, se ve obligado, cada vez que se juega, a discutir laaaaargamente para ponerse de acuerdo en quien va a jugar y quien no, en que términos (porque unos quieren tirar más y otros menos por supuesto) y todo ello sin perder su "status" de estrella del equipo, que parece es necesario poseer para ser una persona de provecho en esta basura de sociedad de aspirantes a triunfadores, a Cristianos y Botines. Y entre tanto los integrantes del equipo de la empresa tira hacia su lado con una mano en la cuerda, y con la otra comiendo pipas o fumándose un pitillo, como hacían Mortadelo y Filemón mientras jugaban al fútbol.

Resumiendo: bastante jodidos estamos ya, que de primeras llevamos las de perder, como para encima andarnos con ochocientas consideraciones distintas que a todas luces van a bloquear toda decisión de ir a la huelga: "si total, no va servir de nada, nada va a cambiar"; "es que los sindicatos son .... (rellenar al gusto, que las estoy oyendo de todos los colores y tamaños) o están ... (ídem) así que no pienso hacerles el juego"; "necesito el dinero, no puedo permitirme perder un día de trabajo"; etc...

Como ya habréis adivinado todo esto viene por la famosa huelga general de mañana. Llevo acumulando mala hostia durante los últimos dos o tres meses, discutiendo con allegados y alejados, defendiendo posturas que por simples creo innecesario defender y en los medios y en persona desde opiniones razonables a auténticas declaraciones de hijoputismo explícito. Hasta que hoy un elemento catalizador ha hecho que necesite soltarlo de alguna forma. Y como no me encuentro en disposición de discutirlo con la familia, que es la vía de desahogo habitual, he decidido hacerlo por escrito, a modo de sucedáneo. El catalizador no es ni más ni menos que una situación que, no por habitual y conocida, deja de darte ardores cuando se materializa ante tus ojos: alguien cercano ha hecho patente en la empresa su intención de sumarse a la huelga (no ha habido reuniones al respecto entre los trabajadores, por lo que perfectamente podría ser el único). A lo que su responsable ha respondido, tras consultarlo, que él como socio (cooperativista) no puede hacerlo, y que él haga lo que crea conveniente, pues está en su perfecto derecho. Y a continuación ha puntualizado que en la empresa no estaría muy bien visto.

Por si el planteamiento no ha quedado claro (más que escribir lo he "vomitado"), no pretendo que de golpe y porrazo la Carmen Lomana, la Cospedal y Espe encabecen las manifestaciones de mañana, liderando la lucha y convirtiéndose en iconos de la revolución. Ni que los autónomos manden su negocio a la mierda por un día (con lo que, durante un día, se estarían mandando a la mierda a sí mismos). No querría que aquélla gente cuyo trabajo pende de un hilo o está pagando una hipoteca, por ejemplo, lo mande todo a la mierda el día 29, salga a la calle a luchar por una idea llamada "justicia social", se vaya a la cama sintiéndose a gusto consigo mismo y el día 30 vuelva a la realidad y se dé cuenta de que está "en la Puta Calle" en todos los sentidos posibles.

Lo que realmente me jode, lo que no acabo de concebir, es lo confusa que está mucha gente respecto al papel que deben desempeñar en todo este asunto, la disonancia existente entre sus intereses y sus actos. Porque, centrándome en lo que nos ha llevado a la convocatoria de huelga: es buena la reforma laboral para los trabajadores. A mi entender NO. ¿Por qué? Antes, con un contrato Indefinido, a una empresa le habría costado despedirme 45 días por año trabajado etc, etc. Ahora lo habitual será 33, y si se cumplen unas condiciones (cuya concreción creo que a día de hoy no existe, espero que la jurisprudencia o normas de rango inferior hagan algo al respecto), 20 putos días. Hay quien dice que es necesario para dinamizar la economía, ya que el abaratar el despido favorece la flexibilidad y la circulación sin barreras en el mercado laboral, lo cual es bueno para todos/as. OK, sabemos quién dice esto, y tienen que decirlo porque de ese modo no están sino defendiendo sus propios intereses; y en ese sentido no tengo nada que reprocharles, perfecto, muy bien jugado, minipunto para el señor de corbata e incipiente calva. El problema viene cuando oyes a ese que está ganando mil eurillos (afortunado él), "va tirando", decir que no piensa hacer huelga por, a modo de ejemplo, cualquiera de los planteamientos expuestos hace cuatro párrafos.

Pues bien, a los del "no va a cambiar nada"... puestos a usar frases por todos oídas una y mil veces, "si todo el mundo pensara así SEGURO que no cambiaría nada". Para aquéllos que gustan de las citas célebres: "Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada" Edmund Burke. Cita muy discutible, y sin embargo ilustrativa en este caso en lo que se refiere a la necesidad de la acción. Para los del rollo de los sindicatos: La huelga está consagrado en la Constitución como derecho fundamental de los ciudadanos y más concretamente de los trabajadores, por ello si haces huelga la haces a título de "Bonifacio García Puertas", no de de afiliado nº XXXXXXX de la Unión General de Confederaciones de Comisiones y Trabajadores Sindicales... Y para los que siguen sin entenderlo: nada tienen que ver los cojones con comer trigo. Y esa gente que no puede permitirse perder 60 euros en aras de un bien futuro... pues eso. Me hacen pensar en las huelgas de los años 80 de las que hablan los padres, que duraban 40 o 50 días. Y entonces entiendo porqué entonces alcanzaron todo el entramado de derechos laborales que en una inexorable línea descendente nos hemos dilapidado y seguiremos dilapidándonos hasta que se vuelva a legalizar la esclavitud (exagerado; verdad? De momento es minoritaria y se utilizan eufemismos para nombrarla: Becario, prácticas, colaboración con el centro educativo... Ya veremos como evoluciona).

En fin seguramente podría seguir rebatiendo enunciados de este tipo durante un rato, pero probablemente sería inútil, porque en muchos de los casos mi madre tendría razón. Sip. Y es que según ella no son más que excusas. Porque lo que realmente querrían es hacer huelga y luchar por sus derechos como es debido, pero prefieren que no sea así, ya que casi todos están acojonados (yo lo estaría, es legítimo, lo cual no quiere decir que fuese a hacerla) por lo que les va a suponer en su empresa (estigmas, despido, perjuicios varios). Y con razón, claro. Pero así nos luce el pelo.

Señoras/es, los derechos no se tienen. Se practican. Y si no, acaban por perderse en el tira y afloja de los intereses de unos y otros. Y con esto acabo.

Si, es un tostón. Sí, es una puta verborrea desestructurada. Y sí, eso es algo que, sinceramente, me la suda.